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La alimentación: primer paso del desarrollo del lenguaje

  • Amanda Vides / Psicóloga y Terapista del Lenguaje
  • 30 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

En algunas ocasiones, la primera alimentación de nuestros hijos resulta ser una tarea difícil, debido a que esta habilidad suele desarrollarse de manera distinta en cada niño dependiendo de su ritmo de desarrollo. Sin embargo, aun en los niños en los que esta habilidad se desarrolla sin ninguna dificultad, muchos padres desconocen que la alimentación prepara los órganos que intervienen en la emisión del habla.

La alimentación proporciona, especialmente en los niños pequeños, la fuerza de los músculos que se encuentran involucrados en la articulación del lenguaje oral, especialmente los musculos de: los labios, lengua y mandíbula.

Como padres podemos ayudar a nuestros niños brindándoles patrones adecuados de alimentación como: la succión de alimentos, masticación, mordida, deglución, etc., para favorecer la adecuada articulación de palabras.

¿Cómo podemos favorecer el lenguaje por medio de la alimentación?

  • Es fundamental no aplazar el tiempo del uso del biberón; es recomendable que a la edad de un año este se sustituya con el uso de vasos entrenadores. Cuando se utiliza el biberón por mucho tiempo, pueden desarrollarse malformaciones en dientes y encías que podrían provocar dificultades en la articulación de nuestros hijos.

  • Cuando se inicia la alimentación por medio de papillas, se recomienda utilizar inicialmente cucharas planas y evitar limpiar con la cuchara los excesos de comida que queden en la boca de nuestros hijos. Lo recomendable es que sean ellos quienes eliminen los excesos, motivándolos a sacar la lengua hacia esa dirección.

  • El uso de pajillas es de mucha utilidad, estas permiten desarrollar fuerza en los labios, debido a la capacidad que deben tener los labios para sostener la pajilla y controlar la lengua.

  • La forma de masticar debe ser la adecuada, es importante que demos como padres el MODELO ADECUADO para la masticación, velando que esta sea con la boca cerrada y sin sacar la lengua mientras se mastica.

  • La deglución de alimentos se vuelve en algunos niños un mal hábito. Es necesario no permitir a nuestros hijos únicamente masticar los alimentos y luego sacarlos de su boca. Si se realiza de esta manera, su aparato fonoarticulador, en este caso la laringe, no tendrá la maduración adecuada para emitir palabras.

  • Cuando se alimente a los niños con alimentos sólidos se recomienda hacer “tiras” de alimentos y no cubitos. De esta manera, nuestros hijos tienen mayor experiencia en cortar alimentos con sus dientes y así desarrollar fuerza en su mandíbula.

  • Los alimentos crocantes proporcionan fuerza en la boca, por ejemplo alimentos como el apio, zanahoria, cereal seco, manzana, etc.

  • También es de mucha importancia que nuestros hijos tengan la mayor cantidad de experiencias sensoriales en su boca, desde alimentos líquidos como una sopa o un yogurt hasta una zanahoria o carne, esto para evitar desarrollar posteriormente algún tipo de preferencia únicamente hacia una textura de alimentos específicos.

Para los chicos es importante estimular el desarrollo muscular para mejorar la movilidad y el control de actividades motoras que son necesarias cuando se modulan las palabras.

Cuando en casa se tiene una adecuada observación de la alimentación de nuestros hijos, se pueden evitar patrones inadecuados como: lengua fuera de la boca, babeo, boca abierta y respiración por la boca, factores que influyen negativamente en el lenguaje. Si se presenta algún patrón de este tipo, es fundamental consultar un especialista en el tema.


 
 
 

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